“No sabrás todo lo que valgo hasta que no pueda ser junto a ti todo lo que soy.”
G. Marañón
“No sabrás todo lo que valgo hasta que no pueda ser junto a ti todo lo que soy.”
G. Marañón
“La verdadera disciplina no se impone. Sólo puede venir del interior de nosotros mismos.” Dalai Lama
Se da una relación clara entre pautas educativas de los padres y ajuste social en la infancia. Variable que junto con la predisposición biológica (temperamento) pronostica directamente el grado de adaptación social posterior (Ato, Galián y Huescar, 2007).
Baumrind (1967,1971) identificó tres estilos educativos básicos:
Se concluyó que los hijos de padres autoritarios eran obedientes y pasivos, con tendencia a sentirse culpables y deprimidos. Los hijos de padres permisivos eran exigentes y carecían de autocontrol, mientras que los hijos de padres democráticos estaban felices consigo mismos y eran generosos con los demás.
Otros estudios han seguido identificando el estilo democrático con el que conlleva mejores consecuencias para el desarrollo de los niños en diferentes aspectos como la competencia social, la autoestima, la autonomía y la responsabilidad, la autorregulación y el desarrollo moral (Lamborn, Mounts, Steinberg y Dornbusch, 1991; MacCoby y Martin, 1983).
En 1991 Baumrid revisó su clasificación de los estilos educativos y concluyó que existen cuatro tipos de padres:
En cuanto a las consecuencias de este último estilo educativo incluido por Baumrid, podemos decir que estos niños suelen carecer de autocontrol, tienen baja autoestima y son menos competentes que sus compañeros.
Conceptualmente la familia se define como un grupo primario unido fundamentalmente por vínculos consanguíneos y de afecto. Es considerada también como una institución básica y fundamental de la sociedad, orientada y organizada para responder y satisfacer los requerimientos de sus miembros, vinculándolos con el mundo social, posibilitando así la internalización, recreación y perpetuación de la cultura por medio del proceso de socialización.
La familia es un sistema fundamental para el desarrollo de los niños y adolescentes, sin olvidarnos de los grupos de iguales y la escuela como importantes agentes de socialización. Es en la familia donde se encuentran los primeros individuos que juegan un papel importante en el desarrollo social del niño y la niña. Los progenitores guían directa o indirectamente a sus hijos a adquirir las primeras habilidades que le serán de utilidad para relacionarse con los demás.
“La familia proporciona lo que consideramos condiciones óptimas para el desarrollo de la personalidad de los individuos jóvenes, por lo que se puede y se debe decir que la familia conyugal, no tanto la parentela, tiene entre otras funciones la de ser un buen instrumento para la transmitir las tradiciones, costumbre, usos y convicciones de una sociedad, a los recién nacidos y a las generación más jóvenes” (González, 1987, p. 53).
La influencia de las relaciones familiares son determinantes para el futuro desarrollo del niño y del adolescente. El estilo educativo de los padres, sus actitudes ante la vida, las mismas relaciones de los progenitores entre ellos, y su concepto de cómo deben ser educados los hijos, modulan el desarrollo efectivo y social del niño y del adolescente.
Ayer por la tarde se pusieron en contacto conmigo desde Ràdio 9-Rtvv para comentar una noticia en directo:
Una madre se pone en “huelga doméstica” para que sus hijas ayuden en casa.
- Dejó de poner lavadoras, limpiar platos, recoger toallas o preparar comida para llevar para que las niñas se dieran cuenta de que debían colaborar en las tareas del hogar.
- Seis días duró el experimento hasta que al final las jóvenes de 13 y 10 años reaccionaron.
La iniciativa de la madre me parece buenísima, no podemos pretender que las cosas cambien haciendo siempre lo mismo.
Esta madre, con su huelga, ha movilizado la motivación intrínseca de sus hijas. La motivación por limpiar y recoger ha salido de ellas mismas, cuando han visto la necesidad de hacerlo. Motivar con premios y castigos solo resulta eficaz cuando el adulto está delante, y a veces ni eso.
Es peligroso sobreproteger a los hijos haciendo las cosas por ellos, porque les impedimos que desarrollen sus recursos y capacidades.
Antes de llevar a cabo una empresa como esta, es conveniente medir bien las fuerzas. Porque una vez que empiezas hay que ir hasta el final.
Esta madre con su esfuerzo ha hecho mucho por sus hijas.
Puedes escuchar la entrevista pinchando aquí a partir del minuto 37 y 37 segundos.
Por qué surgen los conflictos cotidianos en las familias entre padres/madres e hijos/hijas y cómo se pueden solucionar
Los conflictos son parte inevitable de la vida. Es imposible que estemos siempre de acuerdo. Es más, en las relaciones en las que no hay conflictos, uno está pensando por todos, y eso, sí que es peligroso. Tenemos que aprender a ver el conflicto como una oportunidad para aprender sobre uno mismo, conocer al otro y mejorar la relación. Yo diría que lo más importante a la hora de resolver un conflicto es saber escuchar y ponerse en el lugar del otro. También es importante quitarse de la cabeza, que unos ganarán y otros perderán, porque lo que suele pasar es que o ganamos todos (cuando se resuelve bien y con respeto) o perdemos todos (cuando nos hacemos daño los unos a los otros).
Pueden ser los padres amigos de los hijos o es necesario poner límites en la relación
Los padres son padres y los amigos son amigos. Los padres tienen unas funciones y responsabilidades y los amigos son otra cosa.
Los niños necesitan límites, les da seguridad y estabilidad. Tenemos que decir NO con firmeza y sin ser agresivos, aprender a actuar con mano de hierro con guante de seda.
Los padres son los que tienen que facilitar al niño lo que necesita para su correcto desarrollo, aunque no siempre coincida con lo que pide. Lo dicho hasta ahora no está reñido, ni mucho menos, con tener una relación estrecha, cálida y de confianza con nuestros hijos.
Cómo se puede potenciar la autoestima de los peques y a qué edades es necesario prestar especial atención
La autoestima en los niños, como en cualquier persona, se construye por una doble vía. Por un lado, a través de la imagen de nosotros mismos que nos devuelven los ojos de los demás. Y por otro, mediante la superación de pequeños retos. Así, para fomentar la autoestima en los niños, lo ideal es devolverles una imagen positiva y realista de sí mismos, enfatizando sus puntos fuertes. Y a su vez, darles la oportunidad de superarse dándoles autonomía y confiando en sus capacidades.
Todas las edades son buenas para transmitirles respeto y aceptación.
Cómo funcionan los talleres que realizas con los padres
Los talleres los imparto, sobre todo, en colegios. Suelen constar de una parte expositiva a través de diapositivas en Power Point para exponer los contenidos teóricos, fragmentos de películas que ilustran los temas tratados, reflexión individual y grupal sobre la temática que se esté trabajando y también, role play, juegos y dinámicas para aprender practicando diversas habilidades. Cada sesión suele durar aproximadamente una hora y treinta minutos.
Donde podemos encontrar el trabajo de Mónica Manrique
Mi carrera profesional evoluciona por tres ejes de manera más o menos simultánea:
Hasta aquí la entrevista con Mónica Manrique a la que agradecemos la atención y a la que felicitamos porque mantiene una gran actividad divulgadora. Está impartiendo cursos de formación en distintas habilidades como la comunicación, la motivación, el desarrollo personal y profesional, la inteligencia emocional, habilidades para hablar en público, educación, control del estrés, habilidades sociales, formación de formadores y Escuelas de Padres y Madres. Esperamos que la entrevista haya resultado de interés para que todos podamos contribuir a mejorar las relaciones con nuestros hijos.
Ver entrevista en Peques y más
Se aportarán las estrategias necesarias para conseguir una comunicación asertiva con l@s niñ@s y adolescentes que favorezca la resolución de conflictos y fomente un clima de seguridad y confianza. Trabajaremos:
“Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.”
Aristóteles, Ética a Nicómaco.
La ira se genera cuando tenemos la sensación de haber sido perjudicados o tratados injustamente (engañados, manipulados, traicionados, heridos…). También sentimos ira cuando un obstáculo se interpone entre nosotros y nuestros objetivos.
Esta emoción nos avisa de que algo debe cambiar, motiva a detener aquello que nos causa malestar. Disminuye el miedo y aporta la energía necesaria para actuar. Se trata de una emoción potencialmente peligrosa porque nos impide pensar con claridad y hace que actuemos de manera hostil y agresiva.