Archivo por meses: enero 2024

¿Cuál de estos 3 estilos de comunicación es el tuyo?

“La violencia es la expresión trágica de necesidades no satisfechas. Es la manifestación
de la impotencia y/o de la desesperación de alguien que se encuentra tan desprotegido
que piensa que sus palabras no bastan para hacerse entender. Entonces ataca, grita,
agrede…”

Marshall B. Rosenberg

Todos tenemos conductas que pueden ser clasificadas como asertivas, agresivas o sumisas. Dependiendo de cuál de las tres sea la más habitual en nosotros, podremos decir que tenemos un estilo: asertivo, agresivo o sumiso. No debemos olvidar que nuestra manera de actuar está muy influenciada por el contexto y por las personas con las que interactuamos.


Por un lado, una persona con un estilo inhibido o sumiso, por miedo a ofender, enfadar, molestar, hacer el ridículo, generar conflictos o a no ser aceptado, en general:
• No se atreve a defender sus objetivos y necesidades.
• No da su opinión, ni expresa sus emociones.
• Y no es capaz de pedir ayuda.
Podríamos decir que respeta a los demás pero no se respeta a sí mismo y se termina convirtiendo en un farsante con el objetivo de agradar a los demás.

A corto plazo consigue no generar conflictos. Pero a largo plazo:
• Su autoestima se ve dañada y resultan poco atractivos a los demás.
• Hace sentir a los otros culpables o superiores.
• Puede sufrir ansiedad y problemas somáticos.
• Y es muy común alternar este estilo con explosiones de ira descontrolada.

En el otro extremo tendríamos el estilo agresivo:
• Son personas que defienden en exceso sus derechos e intereses, sin tener en cuenta los de los demás.
• Piensan que si no se comportan de manera agresiva serán excesivamente vulnerables.
• Lo sitúan todo en términos de ganar-perder y se rigen por la ley de dominio-sumisión. O piso o me pisan.

Puede que a corto plazo, consigan lo que quieren de los demás y se sienten poderos y fuertes. Nadie se atreve a criticarles de forma directa por miedo, pero las consecuencias a largo plazo son muy negativas:
• Los demás se alejan o siguen a su lado sólo por miedo.
• Su autoestima baja todavía más y pueden sentir ansiedad y culpabilidad.

Por último, el estilo asertivo se caracteriza por:
• Buscar la forma de conseguir sus objetivos sin dejarse llevar por las emociones del momento.
• Expresar de forma clara y concreta sus deseos o necesidades siendo siempre respetuoso con los demás.
• Sabe hacer críticas sin ofender y también recibirlas, decir no, afrontar la hostilidad del otro sin “entrar al trapo” y también es capaz de identificar sus emociones y expresarlas.

¿Y qué consecuencias tiene el comportamiento asertivo?
• Tienen más probabilidades de conseguir sus objetivos y resuelven los conflictos de forma adecuada.
• Su autoestima se ve fortalecida.
• Resultan atractivos a los demás y consiguen tener y mantener relaciones profundas y duraderas.

Lo bueno de la conducta asertiva es que se puede aprender y entrenar.