Cómo crecen nuestros hijos: de los 4 a los 5 años

El cuarto año de vida constituye una etapa muy importante para el inicio del aprendizaje formal.

El niño de cuatro años tiene una locomoción muy coordinada y posee un buen sentido del equilibrio y control de movimientos en espacios reducidos. Todo el proceso de maduración neurológica y física de los años anteriores desemboca ahora en destrezas de movimientos finos para el manejo del lápiz, las tijeras, las agujetas y el pincel.

El niño posee un vocabulario amplio y emplea expresiones verbales nino tumbado en las hojas de otonopropias de su cultura, expresa su pensamientos con oraciones compuestas, está en capacidad de aprender a través de las palabras y entiende nociones espacio – temporales como antes-después y hoy-mañana. También puede establecer relaciones de causa-efecto y de orden (primero, segundo…).

Una característica de desarrollo del niño de cuatro años es su deseo e interés por aprender. Le gusta investigar los fenómenos de la naturaleza y el funcionamiento de objetos y máquinas que tiene a su alcance.

Posee un mayor tiempo de atención y concentración lo que le permite escuchar explicaciones verbales del adulto.

Esta es una etapa crítica para el desarrollo del pensamiento lógico-matemático. A partir de la manipulación de objetos establece relaciones de cantidad, inclusión, seriación y clasificación. Puede establecer relación entre el número y la cantidad de cero a cinco.

En lo que respecta al desarrollo socio-emocional, el niño de esta edad es muy sensible y solidario con las personas que le rodean. Tiene la capacidad de esperar su turno, compartir sus juguetes con un amigo, participar en juegos reglados y formar parte de un grupo de iguales.

  • VVAA. (2003):“Autonomía personal y salud”. Editorial Altamar, Barcelona.
  • J. Palacios (1990): “Desarrollo psicológico y educación”. Alianza Psicología
  • M.C. Ordoñez Legarda,A. Tinarejo Miketta: “Estimulación temprana: Inteligencia emocional y cognitiva” Tomo I de 0 a 1.