No existe una respuesta universalmente aceptada a esta pregunta pero he elegido varias definiciones expuestas en orden cronológico que nos ayudan a comprender de qué hablamos cuándo hablamos de inteligencia.
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“Capacidad para pensar de manera abstracta” (Lewis Terman, 1921).
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“Capacidad para actuar con un propósito concreto, pensar racionalmente y relacionarse eficazmente con el ambiente” (David Wechsler, 1944).
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“Capacidad de adaptar el comportamiento a la consecución de un objetivo. Incluye las capacidades para beneficiarse de la experiencia, resolver problemas y razonar de modo efectivo” (Sternberg y Salter, 1982).
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“La capacidad para pensar y para desarrollar el pensamiento abstracto, como capacidad de aprendizaje, como manipulación, procesamiento, representación de símbolos, capacidad para adaptarse a situaciones nuevas, o para solucionar problemas” (Mayer, 1983).
Como habrás podido observar, todas estas definiciones se centran en “lo racional” y asumen que el peso de nuestras decisiones más adaptativas recae en lo puramente intelectual.
Fue Howard Gardner psicólogo norteamericano, galardonado con el premio Príncipe de Asturias de las Ciencias Sociales en 2011, creador de la Teoría de las inteligencias múltiples quien amplió esta concepción de la inteligencia. La definió como: “la capacidad para resolver problemas o elaborar productos que puedan ser valorados en una determinada cultura”. Se trata de un potencial que cada ser humano posee en mayor o menor medida. Dicho potencial no puede ser cuantificado, sino que sólo puede observarse y, a través de ciertas prácticas, desarrollarse.
Propuso 8 tipos distintos de inteligencia que amplían y diversifican la concepción unitaria y monolítica que hasta entonces se tenía, mayoritariamente, de la inteligencia:
Inteligencia naturalista: la capacidad para observar, identificar y clasificar a los miembros de un grupo o especie, e incluso para descubrir nuevas especies. Su campo de observación más afín es el mundo natural, donde pueden reconocer flora, fauna y utilizar productivamente sus habilidades en actividades de caza, ciencias biológicas y conservación de la naturaleza.
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Perfiles profesionales: biólogos, veterinarios, naturalistas, botánicos, geógrafos y paisajistas.
Inteligencia cinestésico-corporal: como la capacidad para realizar actividades que requieren fuerza, rapidez, flexibilidad, coordinación óculo-manual y equilibrio. Es la habilidad de utilizar las manos para crear o hacer reparaciones y de expresarse a través del cuerpo. Es la inteligencia del cuerpo, del movimiento.
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Perfiles profesionales: escultores, deportistas, cirujanos, actores, modelos, bailarines, etc.
Inteligencia musical: la capacidad de interpretar (cantar y tocar instrumentos), componer y apreciar piezas musicales y analizarlas.
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Perfiles profesionales: músicos, compositores, críticos musicales, etc.
Inteligencia espacial: la capacidad que permite al individuo ubicarse en el espacio, representarlo mentalmente y moverse con puntos de referencia internalizados. Conlleva la habilidad de dibujar y confeccionar bocetos y la capacidad para visualizar con precisión.
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Perfiles profesionales: escultores, geógrafos, marinos, fotógrafos, arquitectos, diseñadores, publicistas, etc.
Inteligencia lógico-matemática: capacidad de analizar problemas de forma lógica, realizar operaciones matemáticas e investigar temas de manera científica. Incluye la capacidad para identificar modelos, calcular, formular y verificar hipótesis y el razonamiento deductivo e inductivo.
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Perfiles profesionales: economistas, ingenieros, científicos, físicos, arquitectos, matemáticos, etc.
Inteligencia lingüístico-verbal: como la habilidad para usar las palabras de manera eficiente de forma oral o escrita, en la lengua materna y en otros idiomas.
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Perfiles profesionales: líderes políticos o religiosos, poetas, escritores, abogados, periodistas, oradores, etc.
Inteligencia interpersonal: la capacidad para entender las intenciones, emociones, motivaciones y deseos de otras personas. Permite trabajar y relacionarse de forma efectiva con los demás e influir en ellos. Es la inteligencia social. Incluye las habilidades necesarias para trabajar en equipo, liderar y ayudar a las personas a identificar y superar problemas.
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Perfiles profesionales: docentes, psicólogos, terapeutas, políticos, comerciales, etc.
Inteligencia intrapersonal: la capacidad para conocerse a uno mismo y plantearse metas. Implica saber identificar las emociones propias, comprenderlas y gestionarlas. Saber qué nos motiva, cuáles son nuestras fortalezas y debilidades, y aprender de los errores.
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Perfiles profesionales: todos. Individuos maduros que tienen un autoconocimiento rico y profundo.