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Trabajando la relajación a través de los 5 sentidos

Objetivos:

  • Practicar la relajación.
  • Conocer los beneficios de la relajación.

Actividades:

1. Relajación de los sentidos.
La profesora explica que la sesión de hoy va a ser un regalo y que intenten aprovecharla al máximo. Comenta que vamos a hacer un recorrido por cada uno de los cinco sentidos. Se apaga la luz y se bajan algunas persianas. Se insta al grupo a que se siente de manera cómoda y cierren los ojos. Se pone música relajante y la profesora comienza la relajación:

  • “Primero vamos a comenzar por el sentido del oído. Ponemos toda nuestra atención en el sentido del oído…”
  • “Pasamos al sentido de olfato. Respiramos lenta y profundamente atendiendo a las diferentes fragancias que llegan a nosotros/as” (colonia de bebé, comino, desodorante, curri…). “Algunos olores nos evocarán recuerdos otros no, unos nflor favoritaos gustarán más que otros…”
  • “Nos centramos ahora en el sentido del tacto. Van a pasar por nuestras manos, brazos, cara, cuello diferentes texturas (boa de plumas, peluca de payaso, esponja…) y vamos a poner toda nuestra atención en el tacto mientras respiramos lenta y profundamente…”
  • “Pasamos al sentido del gusto. Ponemos la mano sobre la mesa con la palma de la mano hacia arriba y nos llevamos lentamente a la boca lo que va llegando hasta nosotros (lacasitos, gominolas, cacahuetes, gusanitos…) y lo saboreamos lentamente…”
  • “Para terminar nos vamos a poner toda nuestra atención en el sentido de la vista pero de manera imaginada. Seguimos con los ojos cerrados y nos imaginamos en un lugar maravilloso, cada uno en el que quiera y nos fijamos en los colores, las formas, en quien nos acompaña….”

2. Reflexión final
Reflexión sobre cómo influye el que estemos ansiosos o tranquilos en nuestra relación con los demás, en nuestro estado de ánimo y en el rendimiento académico.

Para fomentar la autoestima y la cohesión: dinámica de grupo “El abanico”

El abanico es una de mis dinámicas de grupo preferidas. La he llevado a cabo con grupos muy diferentes (adolescentes con trastorno de conducta en centro socioeducativo, mujeres gitanas en un grupo de alfabetización, niños y niñas de 8 a 11 años, profesionales de ámbito de la educación…) y en todos ha funcionado genial. Es sorprendente el buen sabor de boca que deja una dinámica tan sencilla.

Os animo a que la pongáis en práctica con vuestra familia.

Objetivos:

  • Comprobar los efectos que tienen los halagos en nosotros mismos y en los demás.
  • Darse cuenta de que estamos centrados en los errores y en las críticachica con paraguass a nosotros mismos y a los demás.
  • Fomentar la cohesión y las emociones positivas en el grupo.

Actividades:

  1. Breve explicación.

La profesora pregunta si en el día a día nos fijamos más en los aspectos positivos o negativos de los demás y de nosotros mismos. Tras concluir con la necesidad de halagarnos más a menudo se dará paso a la siguiente actividad.

2.  El abanico

Se colocan las mesas en rectángulo de tal manera que todos/as nos veamos. Se reparte un folio a cada niño/a. Es preferible que el adulto también participe. Cada uno/a pone su nombre en la parte inferior del folio. Cuando el profesor/a cuenta hasta tres se pasa el folio al compañero/a de la derecha. Todos/as tendremos el folio de otro/a. Habrá que escribir tres aspectos positivos del dueño del folio, puede ser algo que nos guste de su aspecto físico, de su forma de ser, algo que se le dé bien hacer… Al terminar se dobla el folio tapando lo que acabamos de escribir como si fuera un abanico. El profesor/a vuelve a contar hasta tres y se vuelve a pasar el folio hacia la derecha. Se vuelve a hace lo mismo con el folio que nos llega de otro/a compañero/a y así sucesivamente hasta que nos llega nuestro folio. Lo desdoblamos y leemos lo que los demás han escrito de nosotros. Quien lo desee podrá  leerlo en alto delante del grupo.

3.  Reflexión final.

 Se pone en común como nos hemos sentido y se retoma lo explicado al comenzar la sesión.

 

Ser creativo no es solo cuestión de pensar, sino de sentir

Ken Robinson en su libro “Busca tu elemento” reflexiona sobre la relación entre creatividad y emociones. Aquí, algunas de sus ideas:

  • La estética es una potente fuerza en todas las formuro caramas de trabajo creativo, tanto para científicos y matemáticos, como para músicos, poetas, bailarines y diseñadores.
  • Las dos piedras angulares del crecimiento personal son la individualidad y la autenticidad.
  • Los sentimientos son una dimensión constante de la conciencia humana. Ser es sentir.
  • Las relaciones del pensamiento y el sentimiento están en la base del proceso creativo en todos los campos, también en las artes y las ciencias.
  • Lo que distingue al artista del científico no es lo que les interesa a cada uno, sin cómo les interesa.

 

S.O.S. Mi pareja es muy celosa

Si ver algún pequeño indicio de celos en nuestra pareja nos puede parecer incluso halagador, cuando las conductas celotípicas se acentúan, la situación se vuelve insostenible.

La pareja del sujeto celoso se ve atrapada en una situación sin salida, ya que reconocer las acusaciones le hace culpable y negarlas también, y además, mentiroso. Cuánto más “falsas” sean las acusaciones, mayores serán los esfuerzos del acusado por demostrar su inocencia y más argumentos ofrecerá al acusador para que esté convencido de su culpabilidad. Por ejemplo, si la persona bajo sospecha hace algún regalo o accede a todas las restricciones que la persona celosa le impone, esta última pensará que lo hace porque se siente culpable o tiene algo que esconder.

Hay que distinguir entre la emoción de los celos y actuar de manera celosa, ya sea mediante el control o la violencia. Todos podemos sentir celos, pero eso no hace daño a nadie más. En el momento en que los celos hacen que actuemos de manera controladora y/o violenta nos convertimos en un peligro para pareja con nubes negrasnuestra pareja.

No debemos aceptar de nuestra pareja ningún gesto de control o de violencia. La violencia suele ser más fácil de detectar, aunque no siempre, pero el control nos hace daño de manera sutil y a veces pasa inadvertido. Si mi pareja me pide que no quede con alguien, o que no me ponga determinada ropa, entonces yo, conmovido por su sufrimiento puedo acceder, pero la cosa no suele terminar ahí. Lo más probable es que su desconfianza no desaparezca y continúe pidiendo más y más.

Si nos hemos alejado de las personas que nos quieren, si dudamos de lo que percibimos, si accedemos a hacer o dejar de hacer algo por evitar una fuerte discusión, si nos sentimos culpables, si nos valoramos menos, … hay algo que no va bien y es conveniente consultar a un psicólogo.

Cómo mejorar nuestra Inteligencia Emocional

Podríamos definir la inteligencia emocional como la capacidad que cada ucamino amarillo en el campo verde con cielo azulno tiene de poner las emociones al servicio de la elección y consecución de sus objetivos.

Para aumentar la inteligencia emocional podemos seguir un camino de 6 pasos:

  • Primero, tengo que ser capaz de percibir, identificar y poner nombre a lo que siento.

Saber si se trata de tristeza, enfado, alegría, asco, miedo, amor, envidia, celos, etc. No podemos quedarnos en: me siento bien o me siento mal.

  •  En segundo lugar, tendré que saber identificar qué están sintiendo los demás.

Prestaré mucha atención a la comunicación no verbal. Cuando alguien nos diga que se siente de una determinada manera pero con su cara, su cuerpo y su tono de voz nos esté transmitiendo otra cosa nos quedaremos siempre con este último mensaje. A través de lo no verbal resulta mucho más complicado mentir.

  • En el tercer paso, en un nivel superior a los dos anteriores, tendré que ser capaz de comprender lo que estoy sintiendo.

Es fundamental conocer ante qué situaciones siento cada emoción y para qué me sirve. Por ejemplo, el miedo surge ante un peligro real o imaginario y me sirve para ponerme a salvo.

  •  El cuarto paso es: comprender las emociones de los demás.

Tenemos que ser capaces de ponernos en el lugar del otro para entender cómo se siente, no nos sirve pensar que se siente como nos sentiríamos nosotros en su misma situación.

  • El quinto paso, en el nivel más alto, una vez percibidas y comprendidas mis emociones tendré que ser capaz de gestionarlas.

Por ejemplo, solemos cometer dos errores típicos a la hora de gestionar el miedo.

El primero es evitar. Cuanto más evitamos lo que nos da miedo, más miedo nos dará.

La única manera de convencerme de que algo no es peligroso, como puede ser, subir en ascensor, es haciéndolo.

El segundo error es pedir ayuda. Cuando pedimos ayuda estamos perdiendo la ocasión de demostrarnos a nosotros mismos que podemos hacerlo solos.

El miedo o se supera en primera persona, o no se supera.

  • El sexto y último paso es saber gestionar las emociones de los demás.

La herramienta fundamental en este punto es la comunicación. Tendremos que saber cómo empatizar, cómo hacer una crítica sin ofender, cómo manejar el enfado del otro sin “entrar al trapo”… en definitiva, cómo hacernos entender e influir en los demás.