Cómo crecen nuestros hijos: entre el primer y el segundo año

El niño empieza a caminar, y por tanto, a ganar en independencia para explorar el medio. Es una etapa marcada especialmente por logros motrices y por el alcance de destrezas socioafectivas, cognitivas y de lenguaje que permitirán al niño diferenciarse aún más del resto de personas y percibirse a sí mismo como un ser autónomo.

Las adquisiciones de lenguaje contribuirán al desarrollo de la autonomía pues será capaz de posponer su llanto para tratar de expresar verbalmente lo que desea. Narrará de manera breve algún suceso importante del día y dirá frases cortas, aunqunina con perro en carroe con limitaciones de sintaxis.

Hacia los 18 meses aparecerá el pensamiento simbólico, y con él el juego simbólico, actividad lúdica necesaria para experimentar y aprender a través de la acción.

Ganará en autonomía y autosuficiencia. Si a los 12 meses intentaba comer con sus dedos, utilizaba pañales y le tenía un gran temor a los extraños, a los 24 será capaz de manejar la cuchara, acercase más a los adultos y controlar de manera voluntaria los esfínteres. Todavía no tendrá un control nocturno de su vejiga por lo que los padres deberán asistirlo durante la noche.

Sentirá una creciente atracción por los otros niños y por los juegos sociales, aunque su pensamiento egocéntrico lo limitará en su aceptación de reglas lúdicas y en considerar la perspectiva de otros. Le gustará la compañía de niños de su edad, pero su juego seguirá siendo paralelo.

  • VVAA. (2003):“Autonomía personal y salud”. Editorial Altamar, Barcelona.
  • J. Palacios (1990): “Desarrollo psicológico y educación”. Alianza Psicología
  • M.C. Ordoñez Legarda,A. Tinarejo Miketta: “Estimulación temprana: Inteligencia emocional y cognitiva” Tomo I de 0 a 1.