¿QUÉ ES?
- La culpabilidad es la conciencia de las consecuencias negativas de nuestros actos.
- Nos sirve para reparar el daño, hacer algo positivo por la persona a la que hemos perjudicado.
- La vergüenza es la emoción que experimentamos cuando hacemos algo mal o nos sentimos humillados delante de los demás.
- Puede ser adaptativa ante comportamientos inadecuados desde un punto de vista social.
- En exceso es bastante destructiva y fomenta las conductas de evitación e inhibición, el resentimiento y la agresión.
- Si está muy extendida es signo de baja autoestima. Se siente vergüenza cuando nos estimamos inferiores en algún aspecto personal al resto de las personas lo que implica una evitación de mostrar tal aspecto ante los demás por el temor a se juzgados negativamente y ser rechazado.
- Las dos generan mucha ansiedad.
¿QUÉ NO HAY QUE HACER?
- Nunca podemos responsabilizar a los niños ante situaciones de las que no sean responsables o escapen de su control. (Cuidado con el chantaje emocional). Esto provocaría un desasosiego incurable ya que no pueden reparar el daño y crearían niños ansiosos.
- Responsabilizar o culpabilizar no es avergonzar. No debemos humillar o desvalorar a nuestros hijos. Puesto que avergonzar es una manera de cuestionar al niño y no su conducta.
¿QUÉ HAY QUE HACER?
- Responsabilizar a los niños por el daño que hayan causado cuando esta bajo su control.
- Ir aumentando la responsabilidad conforme el niño va haciéndose mayor.
- Es importante expresar orgullo por los éxitos de nuestros hijos, valorar los errores como algo normal, reconocer su derecho a no saber, a ser diferente y a no gustar a todos.