¿Cómo manejar la tristeza de nuestr@s hij@s?

¿QUÉ ES LA TRISTEZA?

 

  • Es el sentimiento de la perdida.
  • Implica apatía, inactividad, desmotivación, angustia, problemas de apetito y de sueño.
  • La tristeza suele desencadenarse por la pérdida de algo que se valora como importante: un ser querido, la salud, bienes, etc.
  • Podemos valorar como pérdidas una separación, una enfermedad grave, un fracaso, la perdida del trabajo…
  • Es más un estado de ánimo que una reacción emocional aguda.nina blanco y negro mirando al suelo
  • La tristeza es una emoción que suele estar centrada en el pasado.
  • La tristeza es una emoción que:
    • No suele predisponer a emprender ningún tipo de acción,
    • La reducción de la actividad es su característica principal,
    • Esta tendría una función adaptativa de conservación.
  • La tristeza actúa como una llamada de ayuda; se propone captar la atención de los demás. La cohesión social y el sentimiento de pertenencia a un grupo son formas de afrontar la tristeza.
  • El consuelo de la tristeza reduce el miedo al futuro sin el bien perdido.

¿QUÉ HAY QUE HACER?

 

  • La tristeza es una emoción adecuada en la mayoría de las ocasiones, por lo que tendríamos que aprender a aceptarla en nosotros mismos y en los demás. El problema surge cuando se alargan más de lo razonable.
    • Debemos facilitar la expresión de tristeza y ser modelo de ello.
    • Debemos ser modelo de maneras de resolver la tristeza. Por ejemplo haciendo algo distraído y agradable.
    • Si la tristeza de los padres es patológica (depresión) se debe poner remedio cuanto antes ya que afectará a los hijos creándoles inseguridad, miedo y sentimientos de culpa.
  • La pérdida de una figura de apego provoca una tristeza más permanente: la exposición a la realidad ajustándose al lenguaje del niño, el permiso a llorar y expresar tristeza, mantener en la memoria los recuerdos del ser querido, hablar de la muerte como la continuación de la vida y proporcionar apoyo y consuelo incondicional son bases esenciales para superarlo.
  • La separación de los padres debe tratarse con sinceridad, informando a los hijos las veces que sea necesario y describiendo lo que va a significar en sus vidas dejando claro que los padres nunca se separarán de los hijos y que no perderán el contacto con ellos.
    • Tratar al otro progenitor con respeto y no hablar mal de él.
    • Nunca usar al niño como intermediario.
    • En la medida de lo posible hay que evitar cambios radicales en la vida y costumbres de los niños.
  • Es imprescindible el amor, el consuelo y la atención expresada de forma proporcional al motivo de la tristeza.