Reforzarles y motivarles
- No escatimar en elogios:
- Se debe reforzar más el esfuerzo que el resultado final.
- Los elogios deben ser concretos, sinceros y contingentes.
- Es mejor utilizar mensajes yo.
- “Has hecho un dibujo muy bonito.”
- “Me encanta tu dibujo.”
- Escucharles y responderles.
- Interesarnos por lo que sienten, piensan y hacen.
- Empatizar con la emoción.
- Tratarles con respeto.
- Fomentar sus intereses y habilidades.
Guiarles
- Proporcionarles normas: pocas, claras, consistentes.
- Las críticas deben ser a la conducta, no al niño.
- En lugar de decir: “Eres malo”.
- Diremos: “Esto que has hecho está mal.”
- Enseñarles una manera alternativa de hacer las cosas.
- En lugar de decir: “No empujes la comida con el dedo.”
- Diremos: “Empuja la comida con el pan.”
Darles autonomía y responsabilidad
- Podemos asesorar, pero no actuar por ellos.
- Animarles a que tomen decisiones por sí mismos y que se hagan cargo de las consecuencias de dichas decisiones.
- Dar responsabilidades de manera progresiva y ajustada a cada edad.
- Darles la oportunidad de resolver problemas.
- Darles la oportunidad de fracasar.
- Responsabilizar, no culpabilizar.