Cómo fortalecer la autoestima de nuestros hijos
Cita
“La mente es creadora del miedo; y cuando ésta analiza el miedo, buscando sus causas para liberarse de él, la mente no hace sino aislarse aún más, aumentando así el miedo.”
J. Krishnamurti
Las necesidades básicas del bebé de cero a nueve meses
Para acercarnos al universo del bebé es necesario utilizar el conocimiento intuitivo en lugar del conocimiento racional, ya que se trata de un ser regido por necesidades y leyes que escapan a las previsiones mentales de los adultos. Este acercamiento intuitivo que aflora en las madres está muy infravalorado socialmente; en consecuencia, las mujeres no respetan los sentimientos generados por las manifestaciones de su bebé.
El bebé humano nace prematuramente con respecto a los demás mamíferos. Podemos considerar que tiene nueve meses de gestación intrauterina y luego nueve meses de gestación extrauterina. Es decir, hasta los nueve meses de edad no tiene un desarrollo similar al de otros mamíferos a pocos días de haber nacido.
Durante los primeros nueve meses de vida extrauterina, las necesidades básicas de los bebés son en esencia parecidas a las que eran satisfechas con comodidad en el vientre de sus madres, a saber: comunicación, contacto y alimentación permanente (en ese orden).
- Comunicación: se refiere a la comunicación permanente con la madre o persona sustituta a través de la mirada
, las palabras, el sentido de su presencia y el amor. Un bebé se constituye en ser humano en la medida en que está en total comunicación con el otro, preferentemente su mamá. Permanente significa “todo el tiempo” de brazos, calor, cobijo, movimiento, ritmo. - Contacto: el bebé debería estar en brazos de su madre o de algún sustituto la mayor parte del tiempo, “sostenido”, tocado, incluso “apretado” como de hecho estaba en el útero de la madre. Esto le permite estar en contacto permanente, con otro cuerpo que delimita su propio cuerpo, que lo balancea, lo acuna, le canta y lo contiene. El espacio aéreo es infinito. Si no hay contacto completo, la sensación es la de caer en un precipicio.
- Alimentación permanente significa que, al igual que en el útero, la necesidad de alimento es casi constante, y no me refiero sólo al alimento material que denominamos “leche”. La posibilidad de succionar, ingerir y satisfacer el hambre debería estar disponible cada vez que el bebé lo requiera. Prestemos atención a la facilidad con que las madres racionamos el pecho a los niños porque “ya ha comido”.
Para criar bebés atendiendo sus necesidades básicas, es indispensable reconocer la naturaleza del bebé humano. Para ello necesitamos observarlos, y partir de una confianza genuina en su comportamiento.
Somos una sociedad en extremo violenta con nuestra cría. Insistimos en desatender los reclamos naturales de los bebés que dependen en forma exclusiva de los cuidados de los adultos.
Las madres suelen ser acusadas de “sobreprotectoras” y son desprestigiads en su rol maternal cuando tienen el valor de mantener al bebé sobre su cuerpo.
El temor familiar y social supone que el bebé acostumbrado a permanecer en contacto corporal con la madre no podrá en el futuro “acostumbrarse” a prescindir del contacto físico. Es un pensamiento lineal y sumamente infantil.
Si un bebé padece la ausencia de una necesidad básica, crecerá reclamando eternamente eso que no obtuvo.
Texto extraído de:
Gutman, L.; (2008). La maternidad y el encuentro con la propia sombra: crisis vital y revolución emocional. Barcelona: Editorial Nuevo Extremo, S.A.
Vídeo: ¿Soy asertivo, agresivo o sumiso? ¿Y mi hij@?
El bebé y su cerebro: temperamento personal y la influencia de los padres
Aunque el bebé es una criatura inmadura en muchos aspectos, sus células están programadas para poder llegar a desarrollar una vida compleja.
- Cada bebé tiene un mapa genético que es único y personal, y que puede activarse mediante la experiencia; ya en las primeras semanas puede hacerse aparente su temperamento personal.
- Algunos bebés nacen con más sensibilidad a los estímulos y reaccionan a ellos con más facilidad, y diferentes bebés tienen diferentes umbrales y diferentes maneras de responder, lo que les hace distintos unos de otros.
- Estas circunstancias pueden sorprender a los progenitores o cuidadores, cada uno de los cuales posee también su propia personalidad.
- Una madre sensible y delicada puede dar a luz a un niño robusto, enérgico y menos sensible que ella, pudiendo tener sensación de que le cuesta sintonizar con él, incluso llegar a la conclusión de que es un bebé muy difícil de calmar si se lo llevan a cualquier sitio.
Los investigadores han llegado a la conclusión de que aún el bebé más difícil e irritable puede hallar su equilibrio si sus padres son receptivos y saben adaptarse a sus necesidades. Incluso algunos dudan de que, en las primeras semanas de vida, pueda decirse de un bebé que es “muy difícil”, y sugieren que esta consideración depende, en gran parte, de la percepción del progenitor; sugieren también que esta manera de reaccionar del bebé se establece a lo largo del primer año de vida del bebé.
- En este sentido, los bebés difíciles puede que lo sean debido a que la respuesta emocional de los progenitores es deficiente.
- En todo caso, las dificultades en el temperamento no son pronóstico de un futuro negativo, aunque cuando más sensible es el bebé, mayor riesgo existe de que su desarrollo sea deficiente si los progenitores fracasan en adaptarse a sus necesidades específicas.
( Fragmento extraido de: Gerhardt, S.; (2004). El amor maternal: La influencia del afecto en el desarrollo mental y emocional del bebé. Barcelona: Editorial Albesa, S. L.)
Cita
“Los secretos más ocultos son las evidencias: o no las queremos ver porque son incómodas o bien nos sentimos demasiado atraídos por las complicaciones.” G. Nardone
Cita
“Los padres no se eligen, se padecen.” G. Nardone
El bebé y su cerebro: Volviendo a los comienzos
Existe algo muy poderoso en el comienzo de nuestras vidas que la teoría del caos puede ayudar a explicarnos. Según dicha teoría, pequeñas diferencias al comienzo de un proceso pueden dar lugar a la existencia de enormes diferencias en el resultado final.
- El neurocientífico Doug Watt se refiere a estas primeras etapas como “ni recordables ni olvidables” (2001, pág. 18).
- Se refiere a que nosotros no podemos recordarlas conscientemente, pero tampoco podemos olvidarlas ya que forman parte de nuestro organismo y modelan nuestras expectativas y nuestra conducta.
Muchos aspectos de las funciones corporales y del comportamiento emocional se van moldeando bajo la influencia de la interacción social.
- Por ejemplo, el bebé que no recibe los cuidados adecuados desarrolla una respuesta al estrés más intensa y también patrones bioquímicos diferentes, si lo comparamos con el bebé cuidado de manera adecuada.
Peter Fonagy, un investigador importante en el campo del ape
go temprano, describe el cerebro como un “órgano social”.
- No es estando aislados sino mediante el intercambio con otras mentes, que nuestras propias mentes se desarrollan y nuestras emociones se organizan.
- Ello significa que las fuerzas invisibles que moldean las respuestas emocionales durante nuestra vida, no son principalmente nuestras pulsiones biológicas sino los patrones de la experiencia emocional que se establecen mediante los intercambios con las otras personas, sobre todo los que tienen que tienen lugar en la infancia.
- Dichos patrones no son inmutables pero, al igual que los hábitos, son muy difíciles de cambiar una vez ya establecidos.
( Fragmento extraido de: Gerhardt, S.; (2004). El amor maternal: La influencia del afecto en el desarrollo mental y emocional del bebé. Barcelona: Editorial Albesa, S. L.)
Cómo actuar ante la sospecha o certeza de que nuestr@ hij@ está consumiendo drogas
Ante la sospecha o certeza de un caso de consumo de drogas en nuestro entorno próximo, la mayoría reaccionamos con angustia, preocupación, desorientación y, generalmente, no tenemos unos criterios claros acerca de cómo enfrentarnos al problema. Saber cómo actuar en estos casos es fundamental, dado que los primeros pasos que demos pueden condicionar todo el proceso.
Por ello, cuando tengamos la sospecha de que alguno de los miembros de nuestra familia pudiera estar consumiendo drogas, es importante que todos los que le rodeamos adoptemos una actitud serena. La angustia provocada por la incertidumbre no conduce más que a la pérdida de control de la situación y al desgaste de las energías, necesarias para afrontar adecuadamente el problema.
En múltiples ocasiones, las suposiciones o conjeturas pueden llevarnos a actuar de forma precipitada. El deseo de obtener información de forma inmediata puede conducirnos a cometer errores, a hacer malas interpretaciones o a desarrollar actitudes persecutorias (que provocan la evitación del supuesto consumidor).
La respuesta a estas situaciones está por tanto en el diálogo y la comunicación. Ésta es la mejor forma de obtener información sobre los posibles consumos y de conseguir su reconocimiento.
- En todos los casos, habrá que actuar con calma, hablando con serenidad, evitando los enfrentamientos. Es fácil caer en reacciones de rabia que encubren mucho miedo y preocupación por nuestro hijo, pero que si bien nos ayudan a desahogarnos, no nos ayudan a comunicarnos con él.
- Recordar lo que es ser un adolescente. Se trata de una etapa caracterizada por la curiosidad, las crisis existenciales, la necesidad de transgredir normas; una etapa en la que el grupo de amigos importa mucho y desean sentirse aceptados por ellos.
- Informarnos sobre las drogas u los procesos adictivos para poder informarles de forma veraz.
- Es importante aclarar si es un consumo ocasional, de experimentación, si ya se abusa con consumos habituales, o si se trata de una dependencia.
- Intentar dialogar, creando un ambiente cálido donde se puedan explorar los motivos por los que consume.
- Si consumen para “no pensar en los problemas” y aliviar la rabia o el dolor, buscaremos alternativas y recursos que les ayuden. Las drogas sólo empeorarán los problemas.
- Plantearemos unas normas que los hijos entiendan como un cuidado para ellos. Transmitamos que crecer es pasar de un mayor control externo a un autocontrol, pero que si consumen drogas malogran este crecimiento hacia la madurez. Estableceremos, por un tiempo, unas normas en horarios, abstinencia y convivencia.
- Ayudaremos a que el adolescente se plantee objetivos a medio y largo plazo, consecuentes con el esfuerzo personal. Para que no busque gratificaciones inmediatas en las drogas, es importante explicarle que esforzarse es la manera de lograr recompensas más satisfactorias (más retardadas pero más consistentes) que las que ofrece la droga.
- Si estiman que su hijo tiene un problema, no duden en pedir ayuda en centros públicos de la red de atención de adicciones (gratuitos, confidenciales, especializados), donde les pueden orientar sobre cómo tratar el abuso/dependencia de una forma individualizada y donde se sentirán bien acogidos.
No debemos:
- Evitar el tema, ignorarlo o pensar que “ya pasará”.
- Minimizar el problema.
- Permitir que consuma en casa.
- Ser catastrofistas.
- Lanzar sermones ante los que el adolescente cierra los oídos.
- Amenazar u ordenar. Esto puede provocar reacciones contrarias en la “edad de la rebeldía”, donde necesitan sentir que la decisión la toman ellos libremente y no por coacción. Tu apoyo y cercanía le ayudará.
- Humillarle: “Drogadicto”.
- Vigilarles y espiarles. Siempre serán más listos que los padres si lo notan, y empezará una lucha entre ocultar y encontrar. Mejor hacer equipo.
(Texto cedido por el IMFEF)



