“Los sentimientos y las emociones son el lenguaje universal que debe ser honrado. Son la expresión auténtica de quiénes somos.” Judith Wright
La mayoría de los expertos que trabajan en el tema de la emoción están de acuerdo en que no es nada sencillo dar una definición definitiva de este fenómeno psicológico.
Las emociones forman parte de nuestra vida y han jugado un papel imprescindible en la evolución y adaptación de nuestra especie al entorno, sirviéndonos de señal para enfrentarnos a los desafíos presentes en cada hábitat. Nos han servido de brújula, de GPS para saber qué rumbo tomar.
Los seres humanos solo podemos experimentar la vida emocionalmente: “Siento luego existo” (Robert Witkin, 1970). A pesar de todo, nos resulta muy complicado hablar de las emociones a nivel teórico y, en parte, es porque han sido ignoradas por la ciencia hasta hace relativamente poco.
Podríamos definir emoción, como lo hace Rafael Bisquerra en su libro “Educación emocional y bienestar” (2006) como: “Un estado complejo del organismo caracterizado por una excitación o perturbación que predispone a una respuesta organizada. Las emociones se generan habitualmente como respuesta a un acontecimiento externo o interno.” Y como somos animales sociales: “La emoción concreta que sienta un sujeto dependerá de cómo perciba este sujeto las consecuencias que sobre su supervivencia, bienestar, necesidades, metas y planes pueda tener la conducta de los otros”. (Styker, 2004:3)
En cada emoción podemos diferenciar tres dimensiones básicas: cualidad, intensidad y duración. Y también tres componentes fundamentales: lo fisiológico (lo que siento a nivel corporal), lo cognitivo (lo que pienso) y lo conductual (lo que hago). Ante un acontecimiento interno o externo, el individuo hace una valoración y en consecuencia emite una respuesta fisiológica-cognitivo-conductual que le predispone a una determinada acción.
También podemos diferenciar entre emociones básicas o primarias y emociones secundarias. Paul Ekman (1979) entiende que las emociones básicas son: miedo, ira, tristeza, alegría, asco y sorpresa. Y estas son sus características:
- Son universales. Son independientes de la cultura.
- Son primitivas tanto en la especie (se observan en otros animales) como en el individuo (se observan en periodos tempranos del desarrollo).
- Conllevan expresiones faciales específicas típicas de cada una de ellas.
- Van asociadas a diferentes tendencias de actuación, probablemente no aprendidas, que tienen como objetivo hacer frente al suceso desencadenante de la emoción.
- Se diferencian entre sí en como las experimenta el cuerpo.
- Se basan en sistemas cerebrales especializados y preestablecidos.
Las emociones primarias son la materia prima del resto de emociones. La culpa, la vergüenza, los celos, la envidia, etc. son emociones aprendidas ligadas a la educación y la cultura, y por tanto, son emociones secundarias.
Y, ¿cuál es la función de las emociones?, ¿para qué nos sirven? Para algunos/as investigadores/as la función principal es la de motivar la conducta. Otros/as se centran más en su función adaptativa. Y también nos sirven para, a través de la comunicación no verbal, comunicarnos con los demás.
Pero las emociones no funcionan de manera independiente y tienen efectos sobre otros procesos mentales. Afectan a la percepción, atención, memoria, pensamiento, la creatividad, etc. Pensar y sentir son inseparables, pensamos sintiendo y sentimos pensando.