El adolescente: la cima del progreso humano

David Bainbridge, profesor de anatomía y clínica veterinaria en Cambridge, en su libro “Adolescentes, una historia natural”, nos ofrece una original perspectiva de esta importantísima etapa de la vida del ser humano.  Cuando sabemos de dónde vienen y para qué sirven los adolescentes es inevitable que cambie nuestra mirada.

Con estas citas comienza un libro totalmente recomendable:

  • “La evolución ha creado a los adolescentes porque éstos son el mejor modo que tenemos para llegar a ser adultos. (…) La adolescencia puede ser una época maravillosa y valiosísima.”
  • “La adolescencia no constituye meramente una enervante fase de transición, sino que es la piedra angular de la planificación vital: es el núcleo a cuyo alrededor girachicas en camion nuestra vida.”
  • “La próxima vez que los que sois padres tiréis, enfadados, del edredón que cubre a vuestro hijo, tened en cuenta que es probable que las pobres criaturas no puedan evitarlo.”
  • “La adolescencia es el motivo que explica que vivamos tanto, tanto, tanto. La longevidad humana se ha desarrollado porque tenemos que educar a nuestros hijos, que necesitan un apoyo intensivo y que se desarrollan con gran lentitud.”
  • “Si queremos impedir que los adolescentes entren en una lucha de por vida contra la depresión, lo primero que debemos hacer es aclarar por qué ésta se inicia con frecuencia en esa fase concreta de la planificación humana.”
  • “¿Cuándo se supone que deben mantener relaciones sexuales los adolescentes?”
  • “Muchos de los mejores chispazos de inspiración, invención y creación hallan sus orígenes en la caprichosa mente adolescente, y muchos genios admiten que sus años juveniles constituyen la fuente de su impulso.”
  • “El cerebro adolescente no es fácil de explicar, pues se comporta de un modo exclusivo y complejo, es de mayor tamaño que a cualquier edad, y su a parición en nuestra historia evolutiva precedió directamente la consecución de los increíbles poderes intelectuales de nuestra especie.”
  • “Muchos adolescentes sufren síntomas que, en los adultos, se considerarían patológicos –infelicidad prolongada, autocrítica compulsiva, procesos de pensamiento desordenados, ansiedad sin objeto-, pero los límites entre lo normal y lo anormal son muy difusos.”