El nacimiento de un hermano es un suceso muy importante en la vida de un niño que genera un cúmulo de sentimientos de todo tipo, pero no solo en los niños, sino en toda la familia.
- La mayoría de los niños se alegran y lo celebran,
- Pero también es normal que sientan celos.
Los celos, como el resto de las emociones, tienen una función adaptativa y por eso han llegado hasta nuestros días. Los niños necesitan la atención y los cuidados de los adultos para sobrevivir y cuando ven que esta atención y cuidados peligran se activa el repertorio conductual de los celos para decirles a los padres: “Eh, que estoy aquí”. Es una reacción lógica y normal.
Los niños con celos muestran una curiosa mezcla de conductas. Se comportan como un bebé más pequeño para inspirar compasión, pero también les gusta comportarse como un niño más grande para demostrar que son mejores que el pequeño. Tratan a sus padres con una mezcla de cariño casi pegajoso y hostilidad. Puede tener rabietas y accesos de ira. Muestran hacia el hermanito un cariño exagerado, pero que bordea la agresión, como cuando le abrazan tan fuerte que casi le ahogan. Intentan a veces golpearle, o con más frecuencia ridiculizarle (“es un llorón”, “se hace caca encima”).
Los niños, aunque sean muy pequeños, quieren colaborar en el cuidado de sus hermanitos.
Pero los adultos solemos frustrar estos intentos por considerarlo peligroso.
A veces, lo hacemos de manera poco conveniente, provocando que el niño mayor se sienta confundido y no llegue a comprender por qué no puede hacer cosas que los demás si llevan a cabo.
Para evitar que el niño se sienta desplazado, se le puede invitar a colaborar en el cuidado del bebé.
En lugar de decirle: “No te acerques a la cuna del bebé”, “Al bebé no se le toca”. Podemos solicitar su colaboración con frases del estilo: “Si oyes llorar a tu hermanito, avísame corriendo e iremos los dos a consolarlo”.
Los padres, abuelos y demás adultos deben abstenerse de decir al niño que tiene que querer mucho a su hermanito, pues eso lo hará de manera espontánea.
Para el niño es una contradicción incomprensible que le pidan, por un lado, que quiera mucho a su hermanito, y por otro, que se le mantenga al margen del bebé.
Los celos entre hermanos son totalmente normales, y es absurdo (y muchas veces contraproducente) pretender negarlos, reprimirlos o erradicarlos. Tampoco debemos pronosticar que tendrá celos del bebé y relacionar cualquier problema con esta “profecía”.
- Ampudia, M.; (2010). Con la mejor intención: Cuentos para comprender lo que sienten los niños. Barcelona: Herder Editorial, S.L.
- Gonzalez, C.; (2006). Bésame mucho: Cómo criar a tus hijos con amor. Madrid: Ediciones Planeta.
http://padresenapuros.monicamanrique.com/como-ayudar-tu-hijo-ante-la-llegada-de-nuevo-hermano/