Existe algo muy poderoso en el comienzo de nuestras vidas que la teoría del caos puede ayudar a explicarnos. Según dicha teoría, pequeñas diferencias al comienzo de un proceso pueden dar lugar a la existencia de enormes diferencias en el resultado final.
- El neurocientífico Doug Watt se refiere a estas primeras etapas como “ni recordables ni olvidables” (2001, pág. 18).
- Se refiere a que nosotros no podemos recordarlas conscientemente, pero tampoco podemos olvidarlas ya que forman parte de nuestro organismo y modelan nuestras expectativas y nuestra conducta.
Muchos aspectos de las funciones corporales y del comportamiento emocional se van moldeando bajo la influencia de la interacción social.
- Por ejemplo, el bebé que no recibe los cuidados adecuados desarrolla una respuesta al estrés más intensa y también patrones bioquímicos diferentes, si lo comparamos con el bebé cuidado de manera adecuada.
Peter Fonagy, un investigador importante en el campo del apego temprano, describe el cerebro como un “órgano social”.
- No es estando aislados sino mediante el intercambio con otras mentes, que nuestras propias mentes se desarrollan y nuestras emociones se organizan.
- Ello significa que las fuerzas invisibles que moldean las respuestas emocionales durante nuestra vida, no son principalmente nuestras pulsiones biológicas sino los patrones de la experiencia emocional que se establecen mediante los intercambios con las otras personas, sobre todo los que tienen que tienen lugar en la infancia.
- Dichos patrones no son inmutables pero, al igual que los hábitos, son muy difíciles de cambiar una vez ya establecidos.
( Fragmento extraido de: Gerhardt, S.; (2004). El amor maternal: La influencia del afecto en el desarrollo mental y emocional del bebé. Barcelona: Editorial Albesa, S. L.)