Nuestros hij@s se van a enfrentar en su adolescencia a numerosas decisiones: elección de optativas, temas de trabajos de clase, actividades extraescolares, elección de parejas o grupo de amigos, invitaciones a consumir alcohol, porros u otras drogas.
Tomar decisiones significa elegir entre distintas alternativas y es una habilidad que puede mejorarse con la práctica. Aunque incluso con ésta, no siempre acertaremos tomando la mejor decisión.
Para ayudarles a tomar buenas decisiones, podemos plantearles los siguientes pasos:
- Definir el problema y los objetivos.
- Pensar en muchas alternativas para solucionarlo.
- Valorar las consecuencias de cada alternativa: ventajas e inconvenientes a corto y a largo plazo. Puede ser interesante realizar una búsqueda activa de información sobre el tema sobre el que queremos decidirnos, y contrastar las consecuencias con el entorno (padres, hermanos, amigos).
- Elegir la mejor alternativa para mí y llevar la decisión a la práctica.
- Aceptar la decisión tomada por nuestros hijos.
- Incrementar en número y en importancia las ocasiones en las que tienen que tomar decisiones.
(Texto cedido por el IMFEF)