“Cuando consigo elegir ser amable en lugar de cruel, comprender en lugar de juzgar, y aceptar en lugar de rechazar, alimento y fortalezco a mis hijos, independientemente de la edad que tengan.” Myla Kabat-Zinn
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Qué podemos hacer para fortalecer su autoestima
Reforzarles y motivarles
- No escatimar en elogios:
- Se debe reforzar más el esfuerzo que el resultado final.
- Los elogios deben ser concretos, sinceros y contingentes.
- Es mejor utilizar mensajes yo.
- “Has hecho un dibujo muy bonito.”
- “Me encanta tu dibujo.”
- Escucharles y responderles.
- Interesarnos por lo que sienten, piensan y hacen.
- Empatizar con la emoción.
- Tratarles con respeto.
- Fomentar sus intereses y habilidades.
Guiarles
- Proporcionarles normas: pocas, claras, consistentes.
- Las críticas deben ser a la conducta, no al niño.
- En lugar de decir: “Eres malo”.
- Diremos: “Esto que has hecho está mal.”
- Enseñarles una manera alternativa de hacer las cosas.
- En lugar de decir: “No empujes la comida con el dedo.”
- Diremos: “Empuja la comida con el pan.”
Darles autonomía y responsabilidad
- Podemos asesorar, pero no actuar por ellos.
- Animarles a que tomen decisiones por sí mismos y que se hagan cargo de las consecuencias de dichas decisiones.
- Dar responsabilidades de manera progresiva y ajustada a cada edad.
- Darles la oportunidad de resolver problemas.
- Darles la oportunidad de fracasar.
- Responsabilizar, no culpabilizar.
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Si quieres lo mejor para tus hijos, será mejor que no lo hagas
Devolverle una imagen negativa
- Criticarles generalizando (“siempre dejas todo tirado”, “nunca haces caso”, “todo te da igual”…).
- Prestar atención selectiva a lo negativo.
- Etiquetar (torpe, inútil, vago…).
- Utilizar un lenguaje peyorativo (ironías, ridiculizaciones y humillaciones).
- Amenazar (y menos con no quererle o abandonarle).
- Comparar.
- Ignorar.
- Engañar.
Sobreproteger
- No dejarles actuar solos.
- Por falta de tiempo.
- Por librarles de esfuerzos y sacrificios.
- Por identificarnos con sus logros y fracasos (“hemos aprobado”, “hemos suspendido”).
- Pretender enseñar responsabilidad quitándola.
“Sobreexigir”
- Exigirles demasiado para su edad.
- Responsabilizarles de nuestros errores y de nuestras emociones.
- No permitirles cometer errores, exigir perfección.
- Pedirles que hagan cosas que ni nosotros somos capaces de hacer: controlar la ira, ser generoso…
- Pedirles que hagan cosas que solo ocurren de manera espontánea, porque es imposible que las hagan y se bloquearán.
- Decirles cómo se tienen que sentir: (“no llores”, “quita esa cara de cabreo”, “no te enfades”)
- “Duérmete”.
- “Sé simpático, gracioso y espontáneo”.
- “No seas tímido”.
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Cómo motivar a nuestros hijos para el estudio
La motivación de nuestros hijos por el trabajo escolar es clave en su rendimiento y felicidad en el colegio. Los profesores prefieren alumnos motivados que alumnos inteligentes y los padres podemos hacer mucho para que esto suceda.
Un niño está motivado para estudiar, cuando le interesa el tema y se siente competente para aprender. No menos importante es tener un proyecto personal que dé sentido a los nuevos aprendizajes y contar con la ayuda de profesores y compañeros. Pero, ¿cómo podemos los padres favorecer que se den estas cinco condiciones?
Para que tenga más interés por los temas que se trabajan en clase:
- Pregúntale por lo que ha aprendido en el colegio.
- Habla con él de asuntos interesantes: noticias, descubrimientos, documentales, etc.
- Explícale por qué te interesa alguna cuestión.
- Haz que utilice, recuerde y relacione lo aprendido en clase con situaciones del día a día.
- Planea actividades con motivo de la materia que esté estudiando. Por ejemplo: exposiciones, teatro, museos, compra de libros, excursiones, etc.
- Cuando le veas poco atraído por una actividad o tema, hazle preguntas para que lo relacione con algo que sí le interese.
Para que se sienta más competente para aprender:
- Ayúdale en los trabajos que realiza en casa. Por ejemplo: diciéndole frases de apoyo, haciéndole preguntas para que piense, revisando y ampliando sus ideas, centrando su atención, corrigiendo errores, haciendo que siga un orden, etc.
- Siempre que sea posible, haz que él busque la respuesta en lugar de dársela.
- Transmítele tu confianza en sus posibilidades.
- Valórale, en público y en privado, el esfuerzo, cuando mejora sus resultados pero también cuando se equivoca.
- Si no te sale bien algo que estás haciendo, que tu hijo te oiga decir frases como: ¿en qué me he equivocado?, ¿de qué otra forma puedo intentar resolverlo?, etc.
- Anímale a perseverar si ves que quiere abandonar un reto.
- Cuando le veas agobiado por la dificultad de una tarea, dile que divida el trabajo en partes y empiece por algo concreto y fácil.
- Ante un trabajo pesado, proponle que cuando termine, se recompense con algo que le guste.
Para que tenga un proyecto personal:
- Ayúdale a organizar en casa un espacio y unos tiempos concretos para trabajar, jugar, ver la televisión, etc.
- Anímale a personalizar los juegos o trabajos: cambiando el final de un cuento, ampliando la información del libro, haciendo un juicio crítico, realizando un mapa conceptual, etc.
- Háblale sobre el futuro y ayúdale a que trace algún pequeño proyecto.
- Favorece que haga colecciones o que tenga cualquier otra afición que le supongan trabajo, esfuerzo y perseverancia.
- Lee en su presencia.
- Cuenta con él para tomar decisiones: ¿adónde ir?, ¿qué libro comprar?, etc.
- Coméntale lo importante que es aprender para conocer y disfrutar de la vida.
Para favorecer que cuente con la ayuda del profesor:
- Habla bien de sus profesores.
- Colabora, coopera y acepta con agrado las demandas que te puedan hacer.
- Asiste a las reuniones que convocan y pide entrevistas con ellos.
- Enseña y controla que tu hijo salude, pida las cosas “por favor”, dé las “gracias”, sea amable, espere su turno, etc.
- Si se queja de algún comportamiento de su profesor, anímale a resolver sus diferencias.
- Procura que te vea solicitar una información, pedir una aclaración o reclamar un derecho, de forma decidida, clara y respetuosa.
Para favorecer que cuente con la ayuda de los compañeros:
- Promueve que trabaje con compañeros fuera de clase y que tenga relaciones de amistad con ellos.
- Enseña a tu hijo a comprender lo que ve, piensa y siente la otra persona, para resolver una pelea, trabajar en equipo y ayudar a los demás.
- Queda también tú con amigos para ayudar o que te ayuden a hacer algún trabajo.
- Procura que tu hijo te vea resolver los conflictos y las situaciones tensas de forma constructiva.